Seis de las ocho selecciones clasificadas no llegaron tan lejos durante la pasada edición y tres de ellas ni siquiera la disputaron, lo que demuestra que puede pasa de todo este fin de semana en Camerún.
Que Argelia, campeona hace dos años y medio en El Cairo, ni siquiera pasara la fase de grupos de la presente edición de la Copa Africana de Naciones fue la primera gran sorpresa del torneo, pero no ha sido la única. Los octavos de final también han deparado resultados inesperados, con las eliminaciones de selecciones de las que se esperaba más como Costa de Marfil, Nigeria, Mali o Guinea, por lo que no sería raro que los cuartos de final que se jugarán este fin de semana también ofrezcan resultados contra pronóstico.
Un pulso reñido entre Egipto y Marruecos
Dos de las cinco selecciones africanas que disputaron la pasada Copa del Mundo se verán las caras el domingo en Yaundé, lo que convierte a este pulso en el teóricamente más igualado de cuartos. Mohamed Salah llega a la cita habiendo marcado tan solo uno de los escasos dos goles de Egipto en lo que va de torneo, por lo que el verdadero éxito de los faraones está siendo su fortaleza defensiva: un solitario gol en contra.
Egipto logró mantener un 0-0 durante los 120 minutos de su exigente duelo ante Costa de Marfil, a la que luego eliminó por penaltis. Su rival ahora será un Marruecos que lleva sin perder un partido oficial en el tiempo reglamentario desde el 1-0 ante Portugal durante el pasado Mundial y que ha ganado 13 de sus 15 últimas citas oficiales.
Youssef En-Nesyri y Achraf Hakimi fueron protagonistas en octavos con sus goles ante Malaui, pero lo van a tener difícil para repetir frente a la zaga egipcia.
Los favoritos, ante la sensación del torneo
Senegal, vigente subcampeona de África, cuenta con la plantilla más completa del torneo, gracias a la presencia de Edouard Mendy bajo los palos, Kalidou Koulibaly y Abdou Diallo en la defensa, Idrissa Gueye y Pape Sarr en el centro del campo y Sadio Mané, Boulaye Dia o Ismaïla Sarr en ataque.
Sin embargo, durante la fase de grupos solo ganó a Zimbabue por 1-0, antes de empatar sin goles contra Guinea y Malaui, y aunque luego se impuso por 2-0 a Cabo Verde, Mané necesitó más de una hora para abrir el marcador. Ahora se topará con una Guinea Ecuatorial ausente en las dos últimas ediciones, pero que ya ganó a Argelia por 1-0, acaba de eliminar a Mali y cuyo único gol en contra fue el de la escueta derrota inicial frente a la Costa de Marfil de Sébastien Haller, Wilfried Zaha, Nicolas Pépé y Franck Kessié.
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Anfitriones contra debutantes
Camerún está decidida a alzar el trofeo en casa, con tres victorias y un empate en su haber, pero aquel 1-1 frente a Cabo Verde con el que cerró la fase de grupos ya generó algunas dudas y en octavos solo pudo ganar por 2-1 a unas Comoras que jugó con un defensa en la portería por las tres bajas de sus guardametas y que, además, sufrió la expulsión de un jugador en el minuto siete.
Ahora Camerún se topará con la selección de Gambia, país que nunca había disputado la Copa Africana, pero que llega también invicta con tres victorias en su haber, incluyendo el 1-0 ante Túnez o el 1-0 con el que ha eliminado a Guinea.
Burkina, una selección de todo o nada
Burkina Faso no ganó ni un solo partido en siete de las diez anteriores ediciones de la Copa Africana que disputó, pero en las otras tres fue capaz de alcanzar las semifinales. En 2013 ya fue subcampeona y en 2017 acabó tercera, aunque ni siquiera se clasificó para la siguiente edición.
Ahora está en su modo ganador y ya se encuentra en cuartos tras eliminar a Gabón mediante los penaltis, con el objetivo de eliminar a una Túnez algo irregular, pero que viene de ganar a Nigeria por 1-0.
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