El serbio aspira a defender el título londinense pese a su falta de rodaje competitivo y la polaca pretende trasladar su actual dominio a la superficie que peor se le da.
El lunes 27 de junio arrancará la edición número 135 del torneo de Wimbledon, caracterizada por las incógnitas que planean tanto sobre el cuadro masculino como sobre el femenino. Con seis conquistas en su palmarés, incluyendo las de las tres últimas ediciones, Novak Djokovic es el indiscutible rival a batir, pero está siendo una temporada atípica para el serbio porque apenas ha jugado una veintena de partidos y su estado de forma no es óptimo.
En el caso del cuadro femenino, Iga Swiatek parte como referente tanto por la ausencia de Ashley Barty, campeona del año pasado, como porque actualmente es la indiscutible número uno del mundo tras cerrar la campaña de tierra batida con la histórica racha de 35 victorias consecutivas. Sin embargo, ni Djokovic ni Swiatek habrán disputado ni un solo torneo de hierba antes de arrancar su andadura en Wimbledon, aunque tampoco hay una alternativa al serbio y a la polaca entre los candidatos al título londinense.
Ha pasado un año desde que el serbio conquistó su vigésimo título de Grand Slam, cuando todo indicaba que ni tres meses después se convertiría en el primer hombre en superar la veintena de grandes títulos. Sin embargo, Daniil Medvedev truncó sus expectativas en la final del US Open, luego Djokovic no pudo disputar el Open de Australia, donde fue Nadal quien logró ese soñado vigesimoprimer Grand Slam, y recientemente el serbio se vio superado por el propio Nadal en los cuartos de final de un Open de Francia que también acabó en manos del balear.
Ahora Djokovic tratará de reivindicarse en Wimbledon, aunque acudirá sin haber disputado ni un solo partido sobre hierba. Además, esta temporada apenas ha participado en seis torneos y solo en el Masters de Roma se proclamó campeón, aunque favorecido en parte por la temprana eliminación de Nadal y por la ausencia de Carlos Alcaraz.
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El italiano de 26 años es el principal experto sobre hierba actualmente, más allá de Djokovic. Ya en la pasada edición alcanzó la final, que perdió en cuatro sets, y en las últimas semanas ha ganado los torneos de Stuttgart y Queen’s. De hecho, las cuatro últimas finales que ha disputado han sido sobre hierba y es en esta superficie donde ha ganado cuatro de los siete títulos de la ATP que cuenta en su palmarés.
Teniendo en cuenta que Djokovic no es tan indiscutiblemente favorito como en otras ocasiones y que Nadal no está en las mejores condiciones físicas, Berrettini dispone este año de una magnífica oportunidad para meterse en el panteón de los ilustres ganadores de un Grand Slam.
La superficie donde peor se defiende la polaca es la hierba, como demuestra el hecho de que ninguna de las diez finales de la WTA que ha disputado hasta la fecha se hayan producido en dicha superficie, al igual que ninguna de las siete finales que jugó cuando todavía competía en el circuito de la ITF.
No obstante, en 2018 Swiatek se proclamó campeona de Wimbledon en la categoría junior, con 17 años recién cumplidos, un hito que no logró en ninguno de los otros grandes. Ahora, a sus 21 años e inmersa en una impresionante racha triunfal, la número uno del mundo afronta con mucho optimismo un torneo donde la temporada pasada cayó en los cuartos de final.
Quitando a Swiatek, el resto de principales candidatas se dividen entre aquellas tenistas con un pasado triunfal en Wimbledon como Simona Halep, Serena Williams, Garbiñe Muguruza, Angelique Kerber, Petra Kvitova o incluso Karolina Pliskova, subcampeona de la pasada edición; y quienes llevan un tiempo llamando a las puertas de la gloria.
Entre ese segundo grupo se puede incluir a Paula Badosa, quien ya el año pasado alcanzó la cuarta ronda unos meses antes de confirmar su potencial con la conquista de Indian Wells. Tampoco se puede obviar a Ons Jabeur, tenista que se está forjando a fuego lento y recientemente ascendida al número tres del mundo, tras ganar sobre la hierba de Berlín después de una magnífica campaña de tierra.
Los focos también se posan sobre dos tenistas por debajo de los 20 años que alcanzaron la cuarta ronda cuando debutaron en Wimbledon. En el caso de Cori Gauff, su reciente acceso a la final del Open de Francia demuestra que ya está lista para ganar un grande, mientras que Emma Raducanu es la mayor esperanza británica tras sorprender con su conquista del pasado US Open.
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