La tenista estadounidense, que ha marcado una época en este deporte, comunica a través de una carta que tiene pensado dejar la raqueta después del último Grand Slam de la temporada.
Serena Williams es, sin lugar a duda, uno de los grandes iconos deportivos de la historia, sobre todo por los logros que ha conseguido en el tenis femenino. Las últimas dos décadas no pueden entenderse sin la figura de la estadounidense, que superó todas las expectativas y se ha convertido en una leyenda a escala global.
La hermana menor de las Williams lo ha ganado todo y con casi 40 años no se siente competitiva, al mismo tiempo que es muy difícil compaginar su vida personal con el vertiginoso ritmo competitivo que tiene que aguantar hoy en día cualquier deportista profesional. De este modo, la estadounidense ha confirmado que el Abierto de Estados Unidos será su último torneo: “Nunca me ha gustado la palabra jubilación. Pienso en esto como una transición. Quizás, la mejor palabra para describirlo es que estoy en una evolución”.
Las apariciones de Serena en torneos se habían reducido considerablemente en estos últimos meses, llegando a tal punto que en el WTA 1000 de Toronto ha logrado su primer triunfo en más de un año. De hecho, su vuelta al Campeonato de Wimbledon había generado muchas expectativas, pero fue incapaz de superar el partido inaugural contra una desconocida Harmony Tan (5-7, 6-1 y 6-7).
Serena Williams conquistó su primer título de Grand Slam en el Abierto de Estados Unidos de 1999, un torneo que posteriormente ha ganado en otras seis ocasiones (2002, 2008, 2012, 2013 y 2014). Asimismo, alcanzó otras cuatro finales, manteniéndose como la tercera tenista que más galardones ha levantado ante su afición por detrás de otras estadounidenses: Molla Bjurstedt (8) y Helen Wills (7).
Otro de sus torneos predilectos siempre ha sido Wimbledon, donde acumula siete trofeos (2002, 2003, 2009, 2010, 2012, 2015 y 2016) y cuatro finales perdidas. En este caso, tan solo Martina Navrátilová (8) y Helen Wills (7) también suman más títulos en sus vitrinas, pero ninguna otra tenista iguala su estela si tan solo tenemos en cuenta la Era Open.
La arena batida siempre supuso un reto para Serena, que tan solo se ha impuesto en tres ediciones del Open de Francia (2002, 2013 y 2015). Este es el Grand Slam donde mantiene peores números, pero siguen siendo prácticamente inalcanzables para cualquier otra rival.
Finalmente, el Abierto de Australia fue su última conquista importante, debido a que se hizo con el título en 2017 para lograr su séptimo galardón y convertirse en la segunda tenista que más veces ha logrado esta gesta por detrás de Margaret Smith. En total, son 23 Grand Slam que la colocan como una de las mejores deportistas de todos los tiempos, aunque se queda a uno de distancia de la mítica Margaret Court.
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Ahora, la gran incógnita del tenis femenino se centra en quién será capaz de llenar este vacío, sobre todo ante la falta de grandes liderazgos. Serena Williams ha sido la única tenista en dos décadas que ha sido capaz de ganar tres Grand Slam en una misma temporada, al mismo tiempo que tan solo Angelique Kerber ha sido capaz de llevarse dos de estos galardones en un mismo año durante la década más reciente.
Por otro lado, solo Naomi Osaka ha conquistado dos galardones de máxima categoría de forma consecutiva, mientras que nadie ha logrado ganar el mismo torneo dos veces seguidas desde que lo logró la hermana menor de las Williams en el Campeonato de Wimbledon (2016 y 2017). Iga Swiatek, parece su relevo natural, pero los números de la polaca ni se acercan a los de Serena Williams y su falta de regularidad todavía supone un problema.
Finalmente, merece la pena detenerse en el futuro del tenis femenino estadounidense, que ha volcado todas sus ilusiones en Jessica Pegula, Cori Gauff y Danielle Collins. Estas tres jugadoras están asentadas entre las 20 primeras posiciones del ranking WTA, pero sus opciones de conquistar un Grand Slam a corto plazo son muy reducidas.
Sofia Kenin y Sloane Stephens ya saben lo que es ganar un título de máxima categoría, pero no han podido mantener en lo más alto. De este modo, el vacío que dejará Serena Williams se notará en todo el tenis femenino, pero especialmente en Estados Unidos.
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