A un mes del arranque del campeonato continental, analizamos las opciones que tienen los de Scariolo para volver a alzar el trofeo que se les escapó en 2017.
El próximo 1 de septiembre comenzará la edición número 41 del Eurobasket, la primera desde que la FIBA acordó celebrar este torneo cada cuatro años, en vez de hacerlo cada dos como se venía efectuando desde 1949. A esa ampliación del tiempo de espera se ha sumado el año extra por la celebración de los Juegos Olímpicos 2020 durante el pasado verano, lo que ha permitido a la Eslovenia de Luka Doncic mantenerse en el trono desde que se lo arrebató a España en 2017.
Mucho ha cambiado la selección española desde entonces, ahora ya sin figuras como Juan Carlos Navarro, Fernando San Emeterio o los hermanos Pau y Marc Gasol, quienes se retiraron del baloncesto internacional tras los Juegos de Tokio, por lo que el reto de recuperar un título conquistado en 2009, 2011 y 2015 es enorme para el equipo dirigido por Sergio Scariolo.
Es inevitable considerar la marcha de los Gasol como el fin de una era gloriosa para la selección española, aunque sus nombres no son los únicos que brillarán por su ausencia en esta edición que se repartirá entre Tiflis (Georgia), Colonia y Berlín (Alemania), Milán (Italia) y Praga (República Checa).
Quizá la ausencia más dolorosa para Scariolo sea la de Ricky Rubio, de baja por lesión. El base de los Cleveland Cavaliers fue el miembro más destacado de la selección en los pasados Juegos Olímpicos, donde llegó a colarse en el quinteto ideal junto al estadounidense Kevin Durant, el esloveno Luka Doncic, el francés Rudy Gobert y el australiano Patty Mills.
De hecho, Ricky acabó con la mejor media anotadora del torneo (25,6 puntos por partido) y en el Top 5 de promedio de asistencias (6), lo que le valió firmar la segunda mejor puntuación en el ranking de eficiencia liderado por Doncic. El problema añadido a la ausencia del catalán es la de otro base de la categoría de Sergio Rodríguez, quien a sus 36 años se ha retirado definitivamente del baloncesto internacional.
Los problemas físicos también han dejado en la estacada a Alex Abrines y Carlos Alocén, ausentes en la lista de convocados para formar parte de los preparativos durante el mes de agosto. Tampoco están Víctor Claver y Santi Aldama, aunque en ambos casos se debe a la decisión personal de centrarse en la próxima temporada con sus respectivos equipos.
Precisamente las bajas de hombres como Ricky, Sergio Rodríguez y Alocén han propiciado la presencia de Lorenzo Brown, base estadounidense que este verano ha obtenido la nacionalidad española para poder disputar el Eurobasket. Entre quienes discrepan de la necesidad de tomar esta medida para cubrir esas ausencias destaca Rudy Fernández, capitán de la Selección.
"No me parece bien", reconocía el veterano escolta mallorquín durante una rueda de prensa celebrada a principios de julio. "Si Brown está, hay que intentar ayudarlo el máximo posible porque al final él también nos ayudará a competir. Pero hay muchos jugadores españoles que se han ganado estar en esa plaza", explicó Rudy, para quien la ausencia de una vinculación con España por parte del jugador del Maccabi Tel Aviv lo diferencia de casos como el de Nikola Mirotic o Serge Ibaka.
Junto al nombre de Lorenzo Brown destacan los de Sergio Llull, los hermanos Juancho y Willy Hernangómez, Usman Garuba o el propio Rudy, el más veterano de una lista de 22 preseleccionados en la que también aparecen futuros debutantes con la absoluta como Héctor Alderete y Juan Núñez.
Los de Scariolo parten como referentes del Grupo A, donde la Turquía dirigida por Ergin Ataman y liderada por Shane Larkin se antoja la principal amenaza en busca del primer puesto. Este objetivo es de enorme importancia, ya que en los octavos de final espera un rival del ‘Grupo de la Muerte’ formado por potencias como Eslovenia, Francia, Lituania o Alemania.
Aparte de evitar en octavos a los tres primeros de ese complicado Grupo B, si España consigue cerrar la fase grupal en el primer puesto también evitaría un hipotético cruce en cuartos con el líder del Grupo D, encabezado por la peligrosa Serbia (vigente subcampeona europea), o con los dos primeros de un Grupo C donde destacan Grecia e Italia.
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