Tras un año alejada de su mejor versión sobre la pista, la exnúmero uno está a una victoria de alcanzar la final de Miami, donde podría verse las caras con una Swiatek que ya lidera virtualmente el ranking mundial.
Naomi Osaka ya ha demostrado que es imbatible cuando se encuentra en su mejor estado de forma, pero también es sabido que la regularidad no es lo suyo. La manera en la que conquistó los cuatro títulos de Grand Slam que tiene en su palmarés supone una buena muestra, ya que ni en la edición anterior ni en la posterior de cada una de sus respectivas conquistas en el US Open y el Open de Australia logró pasar de la cuarta ronda.
Desde hace un año, tras ganar por segunda vez en Melbourne, Osaka ha estado inmersa en su mayor bajón profesional: en ninguno de los siete torneos que disputó después de ganar su cuarto grande logró obtener más de dos victorias, hasta que en septiembre decidió dar por concluida su temporada.
Osaka regresó a las pistas con el inicio del nuevo curso y lo hizo de manera discreta. Primero ganó ante rivales ajenas al Top 50 sus tres partidos iniciales del torneo de Melbourne previo al Open de Australia, pero se retiró antes de jugar la semifinal, y en el Grand Slam cayó eliminada en la tercera ronda. Su participación en Indian Wells tampoco fue destacable, al perder en la segunda ronda contra Veronika Kudermetova, pero en Miami ha vuelto a recuperar la sonrisa.
Precisamente fue en Miami donde jugó hace seis años su primer torneo WTA 1000 y es el torneo de dicha categoría que más veces ha disputado, pero no ha sido hasta esta semana cuando ha logrado alcanzar la semifinal de manera inesperada, con Belinda Bencic como próxima rival. Aunque Osaka se vio favorecida en la tercera ronda por el abandono de su contrincante, resulta llamativo que todavía no haya cedido ningún set por el camino y que en los cuartos de final se impusiera por 6-2, 6-1 a Danielle Collins, subcampeona en Melbourne y novena cabeza de serie.
El último escollo que debe atravesar Osaka para alcanzar la final de Miami, que sería su primera final de un WTA 1000 desde el verano de 2020, es otra tenista que también posee una gran experiencia en volver a brillar tras una mala temporada. Ya en 2019, después de ser semifinalista del US Open, recibió el trofeo Regreso del Año que otorga la WTA, y el pasado verano volvió a mostrar su mejor versión para ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos. En 2022 apenas había destacado, pero también ha llegado a la semifinal de Miami sin perder ningún set y salió triunfante de sus tres últimos duelos ante Osaka.
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La retirada definitiva de Ashleigh Barty permitirá a Iga Swiatek ser la nueva lideresa del ranking mundial oficialmente a partir del próximo lunes, pero la polaca ya encabezaba por méritos propios el ranking de 2022 tras alcanzar la semifinal del Open de Australia y conquistar en Dubái e Indian Wells los dos primeros títulos WTA 1000 del año.
Actualmente la tenista de 20 años lleva una racha de 15 victorias consecutivas, las siete más recientes sin perder ningún set, y este jueves aspira a alcanzar la final de Miami con un triunfo ante Jessica Pegula. La estadounidense, número 21 del ranking, se vio favorecida en cuartos por la retirada de Paula Badosa durante la manga inicial, aunque en 2019 ya logró vencer a Swiatek cuando la polaca era todavía una joven promesa.
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