Su cómoda situación en LaLiga y el hecho de jugar en casa suponen serias ventajas para que logren imponerse respectivamente a un Mallorca y un Cádiz sumidos en la pelea por la permanencia.
Han pasado 40 años desde la única vez que el Rayo Vallecano alcanzó la semifinal de la Copa del Rey, un objetivo que puede lograr ahora si gana en su estadio a un Mallorca que no pasa de los cuartos desde 2003, cuando dio la campanada al conquistar el trofeo. La espera del Cádiz también ha sido muy larga, ya que su primera y única vez en las semifinales coperas tuvo lugar en 1990, pero su problema es que para emular ese éxito deberá salir airoso del estadio del Valencia, campeón en 2019.
La última vez que el club vallecano se vio en los cuartos de la Copa fue hace 20 años y le tocó hacer frente al Real Madrid a doble partido y ya en la ida perdió por 4-0 en el Santiago Bernabéu. Ahora la situación es muy diferente: un cruce a partido único en su estadio, donde esta temporada está brillando con ocho victorias en 11 partidos, y frente a un Mallorca al que ganó por 3-1 en noviembre y que está sumido en plena pelea por la salvación en LaLiga.
Precisamente la situación liguera puede ser un factor determinante en este choque. La cómoda octava posición del Rayo le permite ir a por todas en la Copa, consciente de que puede ser la mayor recompensa por la gran labor realizada durante el curso. En cambio, el Mallorca se encuentra dos puntos por encima del límite de la zona roja establecido por el Cádiz, el equipo al que se enfrentará tres días después en una cita clave por la permanencia.
Pero también es cierto que el Mallorca ha sido capaz de llegar hasta aquí, imponiéndose al Espanyol en la ronda anterior cuando también parecía que no le convenía centrar sus esfuerzos en la Copa. Además, los de Luis García ya han dado alguna otra sorpresa esta temporada, con el triunfo por 1-2 en el Wanda Metropolitano como principal ejemplo.
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El Valencia ha llegado a los cuartos de final en cuatro de las seis ediciones anteriores de la Copa y se proclamó campeón hace tres años, por lo que le avala la experiencia ante un Cádiz que no llegaba tan lejos desde 2006.
La situación en este duelo es muy similar a la del partido en Vallecas, pues el conjunto che puede aparcar sus pocos intereses en LaLiga para dedicar todos sus esfuerzos a este torneo, mientras que el Cádiz acude a Mestalla con la mente puesta también en su cruce del sábado en Palma, crucial para sus aspiraciones de permanencia en la máxima categoría del fútbol español.
Tampoco hay que olvidar que, más allá del 0-3 inicial ante el humilde Utrillas, el Valencia no ha ido nada sobrado en la Copa, solo ha obtenido un punto durante las cuatro últimas jornadas ligueras (pese a rozar el triunfo en el Metropolitano) y ya fue incapaz de pasar del 0-0 cuando visitó el Nuevo Mirandilla en octubre.
El Cádiz también ha ido a trancas y barrancas durante la mayor parte del torneo, ganador mediante los penaltis en el campo del Sporting de Gijón en la ronda anterior, pero solo ha perdido dos de sus nueve últimos partidos oficiales, viene de imponerse por 0-2 en el Ciutat de Valencia y esta temporada ha evitado la derrota ante rivales de la talla del Madrid, el Barcelona, el Real Betis, el Villarreal o el Athletic Club.
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