El duelo del Etihad Stadium entre el City y el Madrid mostró a dos equipos que juegan mucho mejor hacia adelante que hacia atrás, con siete goles y una renta mínima para los ingleses de cara a la vuelta (4-3).
No se pudieron abrir mejor las semifinales de la Champions League, con un gran encuentro entre el Manchester City y el Real Madrid con siete goles, muchas alternativas, grandes jugadas y un resultado final de 4-3. De esta manera, los dos equipos mostraron sus credenciales para estar en la final de París gracias principalmente a sus números ofensivos. Ahora solo queda un asalto, el del Santiago Bernabéu, en el que los españoles están obligados a ganar por más de una diana para pasar.
El partido estuvo marcado por el primer gol del encuentro, en el minuto 2. Desde ahí el City dominaba a un Madrid que vio cómo en el 10’ le endosaban un 2-0 en la que podría haber sido la debacle de los blancos. Pero esta es su competición y consiguieron acortar diferencias hasta en tres ocasiones, nunca empatar un encuentro en el que el cuadro de Pep Guardiola llegó a mandar por diferencia de dos tantos en tres momentos diferentes (2-0, 3-1 y 4-2).
Por un lado se vio la mejor imagen de los dos equipos, la del ataque. El City es una máquina de generar y da igual si ha de hacer daño mediante la posesión larga, con conducciones, entrando por banda o a la contra. Tiene recursos para todo y al igual que marcó cuatro goles, pudo hacer dos o tres más sobre la portería de un Thibaut Courtois que en esta ocasión no estuvo salvador para los suyos. Mientras que el cuadro de Carlo Ancelotti también tiró de magia en los metros finales, con dos tantos de Karim Benzema y otro de Vinícius Junior que dejaron muy abierta la eliminatoria.
Sin embargo, la buena ofensiva de ambos ayer demostró la endeblez defensiva de los dos conjuntos también. El Madrid erró en prácticamente todos los goles, tanto en la marca, como en la pasividad para ir a robar el balón. Por su parte, el City pecó de poca contundencia atrás, errando en muchas salidas de balón y generando nerviosismo en la grada cuando dominaba el partido, algo que aprovechó el Madrid para sacar una renta de tres goles que le permiten salir vivo del Etihad.
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Lo de ayer prácticamente fue otro ejercicio de supervivencia de un Madrid acostumbrado a estar en el alambre durante toda esta Champions, en la que hasta ahora ese camino siempre la ha salido cara. Los merengues se agarraron a la insignia de un Benzema que con su doblete de anoche ya suma 14 goles y se convierte en el máximo realizador de la temporada en la Copa de Campeones, superando a Robert Lewandowski.
Por su parte, el City mostró su dominio de juego en equipo, pues si el Madrid intentaba controlar a su mejor jugador, Kevin de Bruyne, el Manchester atacaba con Riyad Mahrez o Phil Foden por las bandas. Sus recursos ofensivos parecen ilimitados y será difícilmente controlable en la vuelta.
Con todo ello, tanto Madrid como City demostraron que apuestan por un fútbol ofensivo para optar al título de esta Champions, un ataque con el que ambos pretenden asentar al contrario el golpe definitivo en la vuelta en el Santiago Bernabéu, donde los se espera vivir otra noche mágica europea el próximo miércoles.
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